Actualmente, cientos de pequeños y medianos bancos en Estados Unidos están bajo una presión significativa. Más de 280 bancos enfrentan la amenaza dual de préstamos de bienes raíces comerciales y posibles pérdidas relacionadas con tasas de interés más altas.
Los expertos están convencidos de que habrá más quiebras bancarias o, al menos, algunos bancos caerán por debajo de sus requisitos mínimos de capital.
Las subidas de tasas y sus efectos
Las rápidas subidas de tasas de interés significan que los prestatarios ahora enfrentan pagos de préstamos mucho más caros. Si no pueden cumplir con estos pagos, pueden incumplir con sus préstamos. Un récord de $929 mil millones en préstamos vencerán en 2024, impulsados por «extensiones masivas» de préstamos originalmente programados para 2023. En respuesta, los reguladores están trabajando discretamente con prestamistas en riesgo, emitiendo informes confidenciales que indican la necesidad de aumentar su capital.
Implicaciones para la economía
Estos bancos estresados podrían tener grandes implicaciones para la economía de Estados Unidos. Ha pasado un año desde el colapso del Silicon Valley Bank, y aunque muchos grandes bancos se consideran seguros, la confianza en el sistema bancario es crucial. Si la confianza se pierde, incluso los bancos saludables pueden verse afectados negativamente.
En Estados Unidos hay aproximadamente 4,600 bancos, de los cuales alrededor de 4,000 son pequeños o comunitarios. Estos bancos pequeños controlan colectivamente un valor de activos similar al del banco más grande del país, J.P. Morgan Chase, con $3.2 billones en activos. El estrés financiero se está desplazando hacia los bancos comunitarios, que tienen entre $1 y $10 mil millones en activos.
Análisis y gestión del riesgo
El grupo Klaros ha analizado 4,000 bancos, identificando 282 bancos en riesgo con casi $900 mil millones en activos totales. La mayoría de estos bancos son prestamistas más pequeños con menos de $10 mil millones en activos cada uno. El problema principal radica en los préstamos de bienes raíces comerciales, que son una concentración mayor en los bancos más pequeños, los cuales no pueden competir en préstamos al consumidor o hipotecas residenciales.
Cuando la Reserva Federal aumenta las tasas, los pagos de préstamos de bienes raíces comerciales se vuelven más caros. Si los prestatarios no pueden cumplir con estos pagos, pueden incumplir. El presidente de la Fed, Jerome Powell, ha admitido que habrá quiebras bancarias. Desde marzo de 2022, la Fed ha aumentado las tasas 11 veces, lo que ha reducido significativamente el valor de los activos a tasa fija, causando pérdidas no realizadas en los balances de los bancos.
Soluciones y estrategias futuras
La solución a esta crisis debe ser una respuesta del sector privado, no un rescate gubernamental masivo. El problema no son bancos insolventes, sino bancos estresados y subcapitalizados. Un ejemplo es el New York Community Bank, que evitó la quiebra recaudando más de $1 mil millones de un grupo de inversores, fortaleciendo así su franquicia.
Otra solución sería que los bancos más fuertes adquirieran a los más débiles. Sin embargo, las fusiones y adquisiciones en el sector bancario han disminuido significativamente, alcanzando un mínimo de 40 años en 2023. La supervisión regulatoria sobre las fusiones ha aumentado, con instituciones como el Departamento de Justicia y la SEC poniendo más énfasis en la revisión de estas transacciones.
A pesar de las tensiones actuales, no se espera una ola masiva de quiebras bancarias, pero sí algunas fallas. Las diferencias clave entre las quiebras bancarias de la Gran Crisis Financiera y el entorno macroeconómico actual son notables. La flexibilidad del sistema bancario estadounidense permite la innovación y experimentación, algo que no se puede hacer con los bancos más grandes debido a su interconexión y dependencia económica.
En resumen, aunque el sistema bancario estadounidense está bajo presión, se espera que la combinación de medidas regulatorias y soluciones del sector privado mitigue el riesgo de quiebras bancarias masivas. Los próximos años serán cruciales para determinar la estabilidad y resiliencia del sector bancario en Estados Unidos.