En 2008, un video de Tom Cruise sobre la iglesia de la Cienciología apareció en YouTube. En cuestión de horas, desapareció debido a una reclamación de derechos de autor. Para muchos, esto pasó desapercibido, pero no para los usuarios del foro de 4chan, un foro anónimo famoso por ser el semillero de memes y movimientos de internet, donde los usuarios publican contenido sin revelar su identidad.
En ese momento lo vieron como un ataque directo a la libertad de expresión y lanzaron una «guerra» contra la iglesia. Así nació Anonymous, un colectivo que en su momento se convertiría en uno de los grupos hacktivistas más influyentes y polémicos de nuestra era.
Los inicios de Anonymous en 4chan
En los primeros años de la década de 2000, 4chan se destacaba como un espacio donde el anonimato era una norma. En el subforo /b/, los usuarios creaban memes y troleaban sin piedad. Este sitio, conocido por su caos y su permisividad, se convertiría en el caldo de cultivo perfecto para el nacimiento de Anonymous.
El anonimato total permitía que los usuarios actuaran sin miedo a represalias, creando una cultura de «troleo» que se convertiría en el sello distintivo del grupo. Las «luls», un derivado del término «LOL», eran el objetivo principal: provocar risas a costa de la desgracia ajena. Y en este ambiente nació el activismo que impulsaría a Anonymous a nivel mundial.
Operación Chanology: Anonymous vs. la Cienciología
El primer gran enfrentamiento de Anonymous llegó en 2008, cuando la iglesia de la Cienciología intentó eliminar de internet un video comprometedor de Tom Cruise. Esta censura enfureció a los usuarios de 4chan, quienes decidieron lanzar la «Operación Chanology». El objetivo: acabar con la iglesia.
Los métodos fueron diversos: desde ataques DDoS a sus sitios web, hasta el envío de pizzas y prostitutas a las sedes de la iglesia. Sin embargo, lo más sorprendente fue que Anonymous llevó su protesta a las calles, usando máscaras de Guy Fawkes, inspiradas en el cómic «V de Vendetta». Las manifestaciones contra la Cienciología no fueron cosa de un solo día, sino una campaña prolongada que atrajo la atención mundial.
La expansión global de Anonymous
A medida que el grupo crecía, también lo hacía su alcance. Anonymous se involucró en causas de todo tipo, desde la defensa de Wikileaks y Julian Assange hasta el apoyo a la Primavera Árabe. Sus ataques DDoS se convirtieron en su principal herramienta para derribar sitios web gubernamentales y corporativos.
Uno de los casos más notorios fue el ataque a PayPal, Visa y Mastercard después de que estas empresas bloquearan las donaciones a Wikileaks. Esta operación, conocida como «Venganza de Assange», movilizó a miles de usuarios en todo el mundo. Aunque muchas de sus acciones fueron vistas como vandálicas, para otros representaban un nuevo tipo de activismo digital.
Las fisuras dentro del grupo y la traición de Sabu
El auge de Anonymous no estuvo exento de conflictos internos. Uno de los momentos más oscuros en la historia del grupo fue la traición de Héctor Xavier Monsegur, alias «Sabu». Este hacker, uno de los líderes de Anonymous, fue capturado por el FBI y, para evitar la prisión, se convirtió en un informante. Durante años, continuó sus actividades dentro del grupo mientras pasaba información clave a las autoridades, lo que resultó en la detención de numerosos miembros.
Este golpe casi desmantela por completo al colectivo en los Estados Unidos, generando una paranoia interna sobre la posible infiltración de agentes dobles. Sin embargo, a pesar de esta traición, Anonymous continuó operando a nivel global.
Lo que diferencia a Anonymous de otros grupos de activistas cibernéticos es su naturaleza descentralizada. No hay líderes, no hay jerarquías, y cualquiera puede ser Anonymous. Esta estructura caótica es tanto su mayor fortaleza como su principal debilidad, ya que, si bien les permite operar sin ser desmantelados fácilmente, también los hace vulnerables a infiltraciones y traiciones.
El regreso de Anonymous: George Floyd y la Guerra de Ucrania
Después de un período de relativa inactividad, Anonymous volvió a captar la atención del público en 2020 tras la muerte de George Floyd. El grupo publicó un video condenando a la policía y hackeó varias radios de la policía de Chicago y Minneapolis, transmitiendo la canción «F*** the Police» en bucle.
Más recientemente, en 2022, durante la guerra entre Rusia y Ucrania, Anonymous lanzó ataques cibernéticos contra altos mandos militares rusos, filtrando documentos y bloqueando páginas web gubernamentales.
¿Qué sigue para Anonymous?
En 2024, un nuevo grupo llamado «Anonymous Sudán» surgió, utilizando las mismas tácticas para protestar por los derechos de los sudaneses. Aunque su afiliación con el colectivo principal es incierta, su existencia refuerza la idea de que cualquier persona puede ser Anonymous.
En un mundo cada vez más interconectado, donde la privacidad y la libertad de expresión están constantemente amenazadas, el papel de Anonymous, como vigilantes del ciberespacio, podría volver a ser más relevante que nunca.
El futuro del grupo es incierto, pero una cosa está clara: Anonymous ha dejado una marca indeleble en la historia del activismo digital. ¿Volverán a tener el impacto que tuvieron en sus primeros años? Solo el tiempo lo dirá.