En 2021, los NFT (tokens no fungibles) se convirtieron en el tema del momento. Imágenes de monos aburridos y piezas de arte digital se vendían por millones de dólares. Celebridades como Justin Bieber y Madonna se sumaron al fenómeno, invirtiendo en estos activos virtuales.

Sin embargo, el valor de los NFT ha caído casi por completo. ¿Qué ocurrió? ¿Eran realmente una buena inversión? Vamos a analizar cómo fue su auge y por qué colapsaron.

El auge de los NFT: una fiebre alimentada por la especulación

Aunque los NFT alcanzaron su mayor popularidad en 2021, su historia comenzó antes. En 2017, el juego Cryptokitties ya permitía a los usuarios comprar, vender y criar gatos digitales únicos en la blockchain de Ethereum. Este concepto de propiedad digital exclusiva sentó las bases para colecciones como el Bored Ape Yacht Club, que vendía imágenes de monos por sumas millonarias.

La pandemia y el aumento del consumo digital aceleraron la fiebre por los NFT. Las promesas de exclusividad, eventos privados y la posibilidad de reventa atrajeron tanto a inversores como a celebridades. Sin embargo, estas adquisiciones no estaban motivadas por el valor artístico de los NFT, sino por su potencial para generar ganancias rápidas. Era un mercado puramente especulativo.

¿Un valor real o una ilusión?

El caso de Beeple, un artista que vendió su obra por 69 millones de dólares, mostró que el valor de los NFT no estaba ligado a la calidad del arte, sino a la especulación. Otro ejemplo es el primer tuit de la historia, vendido como NFT por 2,9 millones de dólares. Cuando se intentó revender, la oferta más alta fue de solo 80 dólares.

Este desplome no es un caso aislado. Un informe de dapp Gumball revela que más del 95% de los activos digitales han perdido todo su valor. Las plataformas de venta como OpenSea están repletas de NFT que nadie compra y cuyos precios siguen cayendo. Al final, la demanda por estos activos fue inflada artificialmente y no estaba basada en su utilidad o valor real.

NFT: especulación y falta de propósito

Los NFT se crearon con un único propósito: la especulación. Mientras que algunos artistas aprovecharon esta tecnología para vender sus obras a precios más altos y seguir obteniendo comisiones de futuras ventas, la mayoría de los compradores no estaban interesados en el arte. Buscaban una oportunidad para ganar dinero rápido.

Además, los NFT enfrentan un grave problema ambiental. Al estar basados en la blockchain de Ethereum, cada transacción consume una gran cantidad de energía. Se estima que una venta de NFT consume lo mismo que alimentar un estudio de arte durante dos años. Este impacto medioambiental ha generado muchas críticas y ha disuadido a posibles compradores.

Derechos de autor y promesas rotas

Otro de los problemas de los NFT ha sido el uso no autorizado de obras de artistas. Imágenes robadas de plataformas como DeviantArt o ArtStation fueron vendidas sin el permiso de sus creadores, lo que ha provocado conflictos legales.

Un ejemplo más anecdótico es el proyecto de Spice DAO, un grupo que compró un libro de arte de Dune creyendo que adquirir los derechos para hacer una serie animada. Al final, se dieron cuenta de que solo habían comprado el libro, sin ningún derecho adicional.

Estos casos subrayan la falta de regulación y comprensión sobre los NFT, lo que ha llevado a situaciones absurdas y frustrantes tanto para inversores como para artistas.

¿Tienen los NFT futuro?

Aunque el mercado de los NFT ha colapsado, no se puede descartar un posible resurgimiento. Al igual que las criptomonedas, que experimentan ciclos de auge y caída, los NFT podrían encontrar nuevas aplicaciones en el futuro. Sin embargo, para que esto ocurra, deberán solucionar sus problemas fundamentales: falta de utilidad real, derechos de autor y alto impacto ambiental.

Por ahora, lo que una vez fue una fiebre especulativa impulsada por celebridades y criptomillonarios ha terminado en un fracaso masivo. Las promesas de un mercado digital revolucionario se han quedado en nada, dejando a los inversores con pérdidas millonarias y a los artistas con muchas dudas sobre el futuro de esta tecnología.

Los NFT representaron una burbuja digital impulsada por la especulación y la pandemia. Lo que comenzó como una promesa de propiedad digital exclusiva para los artistas, terminó siendo un mercado dominado por especuladores. Los problemas de derechos de autor, el impacto ambiental y la falta de un valor real provocaron su colapso.

Aunque es posible que resurjan en el futuro, por ahora los NFT han quedado como un ejemplo más de cómo el hype puede inflar burbujas que, tarde o temprano, terminan explotando.