Bitcoin es desde 2008 una de las primeras criptomonedas del mundo. Te contamos su historia y sus principales características.
Antecedentes y aclaraciones
Para comprender a cabalidad Bitcoin, es necesario separarlo en dos componentes interrelacionados entre sí. Por un lado bitcoin-the-token, un fragmento de código que representa la propiedad de un concepto digital; es la moneda o criptomoneda propiamente tal que posee un valor. Por otro lado existe bitcoin-the-protocol, una red distribuida de voluntarios que mantiene un libro mayor de bitcoin-the-token. Ambos componentes se conocen como Bitcoin.
Este sistema permite el envío de pagos entre usuarios sin pasar por una autoridad central, como un banco por ejemplo. Además se crea y mantiene electrónicamente.
Los bitcoins no se imprimen, como dólares o euros y son producidos por computadoras de todo el mundo utilizando un software que es gratuito.
Fue el primer testimonio de lo que hoy conocemos como criptomonedas. Un tipo de activos de altísimo crecimiento, basados en verificación criptográfica.
¿Quién lo creó?
Bitcoin nace en 2018 y fue propuesto por Satoshi Nakamoto, como un sistema de pago electrónico basado en criptografía. La idea era producir un medio de intercambio, independiente de cualquier autoridad central, que pudiera transferirse electrónicamente de una manera segura, verificable e inmutable.
Hasta el día de hoy no conocemos la identidad de Satoshi Nakamoto, aunque lo más probable es que se trate del esfuerzo conjunto de toda una comunidad de desarrolladores.
Principales Características
1. Descentralización
La característica más importante de Bitcoin es que es descentralizado. Ninguna institución controla la Red Bitcoin. Lo mantiene un grupo de codificadores voluntarios y lo gestiona una red abierta de computadoras especializadas distribuidas por todo el mundo. Esto atrae a individuos y grupos que se sienten incómodos con el control que los bancos o las instituciones gubernamentales tienen sobre su dinero.
Bitcoin resuelve el «problema del doble gasto» de las monedas electrónicas (en el que los activos digitales se pueden copiar y reutilizar fácilmente) a través de una ingeniosa combinación de criptografía e incentivos económicos. En las monedas tradicionales, esta función la cumplen los bancos, lo que les permite controlar todo el sistema bancario. Con Bitcoin, en cambio, la integridad de las transacciones se mantiene mediante una red distribuida y abierta; propiedad de nadie y protegida por criptografía avanzada.
2. Suministro limitado
Las monedas Fiat (dólares, euros, yen, pesos, etc.) tienen un suministro ilimitado: los bancos centrales pueden emitir tantas como quieran, y pueden intentar manipular el valor de una moneda en relación con otras. Los titulares de la moneda (y especialmente los ciudadanos con poca alternativa) son lo que pagan los costos.
Con Bitcoin, en cambio, el suministro está estrechamente controlado por el algoritmo subyacente.
Un pequeño número de bitcoins nuevos se escurren cada hora, y continuarán haciéndolo a una velocidad decreciente hasta que se alcance un máximo de 21 millones. Esto hace que Bitcoin sea más atractivo como activo: en teoría si la demanda crece y la oferta sigue siendo la misma, el valor debería aumentar.
3. Pseudonimia
Si bien los remitentes de pagos electrónicos tradicionales son generalmente identificables (con fines de verificación, y para cumplir con la legislación contra el lavado de dinero y otras), los usuarios de bitcoins en teoría operan en semi-anonimato. Como no existe un «validador» central, los usuarios no necesitan identificarse a sí mismos cuando envían Bitcoin a otro usuario. Cuando se envía una solicitud de transacción, el protocolo verifica todas las transacciones previas para confirmar que el remitente tiene los Bitcoins necesarios y la autoridad para enviarlos. El sistema no necesita saber su identidad.
Cada usuario se identifica por la dirección de su billetera o monedero. Las transacciones pueden rastrearse de esta manera. Además, la policía ha desarrollado métodos para identificar a los usuarios si es necesario.
La ley exige que la mayoría de los intercambios realicen comprobaciones de identidad de sus clientes antes de que se les permita comprar o vender Bitcoins. Como la red es transparente, el progreso de cada transacción es visible para todos. Esta últimas regulaciones hacen que Bitcoin no sea una moneda ideal para delincuentes. Muchos cyberdelincuentes han migrado de Bitcon a otras criptomonedas.
4. Inmutabilidad
Las transacciones de Bitcoin no se pueden revertir, a diferencia de las transacciones electrónicas clásicas. Esto se debe a que no existe un «adjudicador» central que pueda decir «está bien, devuelva el dinero». Si se registra una transacción en la red, y si ha pasado más de una hora, es prácticamente imposible modificarla.
Si bien esto inquieta a algunas personas, en la práctica significa que no se puede alterar ninguna transacción de la Red Bitcoin. Esta inmutabilidad es excelente y sumamente confiable desde diversos aspectos de seguridad.
5. Divisibilidad
La unidad más pequeña de un Bitcoin se llama satoshi. Es cien millonésima parte de un bitcoin (0.00000001), a precios de hoy, alrededor de una centésima de centavo de dolar. Esto podría permitir microtransacciones que el dinero electrónico tradicional no puede realizar.
Las Criptomonedas llegaron para quedarse, los invitamos a seguir nuestros artículos dedicados a las criptomonedas, Bitcoin y las repercursiones de Blockchain.